En 1989, la Red de Educación Popular Entre Mujeres (REPEM), reunida en Paraguay, decidió declarar esta efeméride. Desde entonces, se multiplicaron las iniciativas para promover el derecho de las mujeres de los sectores populares de América Latina y El Caribe a una educación democrática, libre de estereotipos, que no refuerce la discriminación femenina en el mundo del trabajo y la familia y en los espacios públicos de poder.
La importancia de una educación no sexista radica en la trascendencia que tiene en las personas, a nivel individual y colectivo, el reconocimiento de sus derechos de ciudadanía, lo que se ha convertido en una exigencia fundamental y democrática que debe ir más allá de los discursos de agentes políticos partidistas en campaña. Es necesario preparar a las niñas para una independencia económica, vía la formación y el empleo laboral y a los niños para que colaboren, compartan y desarrollen una presencia activa en el mundo privado del cuidado de la casa, los hijos y la administración del presupuesto familiar, como la sola manera de llegar a un comportamiento más igualitario y comprensivo entre hombres y mujeres, en las tareas de la vida cotidiana.
El Día Internacional de la Educación No Sexista , intenta recordar que una educación a partir del reconocimiento de las diferencias y de la igualdad de trato a las personas, cambia las relaciones entre hombres y mujeres para el futuro.
La legislación venezolana contempla en los artículos 20, 21 y 102 de la Constitución el derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad, a la igualdad ante la ley y a la educación, los cuales están encaminados a lograr una educación equitativa para niños y niñas sin distinciones de género.
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