En los últimos años el Perú ha logrado avances importantes en el cumplimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. La mortalidad materna se ha reducido sustancialmente (de 185 por 100,000 nacidos vivos en el año 2000 a 103 en el año 2009), siendo uno de los países de la región que ha logrado la mayor reducción de este indicador. La mortalidad infantil también ha disminuido (pasando de 33 por mil nacidos vivos a 20) durante el mismo periodo. Y el Perú es uno de los líderes en la reducción de la tasa de desnutrición crónica infantil (de 25% en el año 2000 a 18% en el año 2009).
Los avances medidos a nivel del promedio nacional, sin embargo, tienden a esconder las difíciles condiciones en las que viven los niños, niñas y adolescentes peruanos al interior del país. En el Perú aún persisten grandes disparidades en el cumplimiento de los derechos según el lugar dónde viven y el origen étnico que tienen. Como el presente estudio lo demuestra, son los niños, niñas y adolescentes de origen indígena, indiscutiblemente, quienes viven en una situación más vulnerable en el país, con una alta incidencia de pobreza, limitado acceso a servicios de salud y educación de calidad y con una mayor tasa de indocumentación. Además, la niñez y adolescencia indígena está expuesta a retos emergentes como el cambio climático y los conflictos sociales, entre otros.
La Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por el Estado Peruano en 1990, tiene su origen en el principio de la universalización de los derechos y la no-discriminación. Para la realización de los derechos de todas las niñas y de todos los niños peruanos, es estratégico que el Estado brinde una mayor atención a los grupos más excluidos, como es el caso de la niñez indígena. La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2007, enfatiza el rol del Estado en brindar medidas eficaces y especiales para mejorar las condiciones de vida de los niños, niñas y adolescentes indígenas. Además, es claro que reducir estas disparidades es la única forma de lograr y mantener los Objetivos de Desarrollo del Milenio, es decir, las metas asumidas por parte del Perú en el seno de las Naciones Unidas en la Cumbre del Milenio en el año 2000.
A fin de orientar las políticas públicas y el presupuesto público hacia la mejora del acceso y de la calidad de los servicios con pertinencia cultural para esta población menos favorecida, el presente estudio Estado de la Niñez Indígena en el Perú incluye un análisis desagregado por origen étnico (a partir de la identificación de la lengua materna que tienen), zonas de residencia, regiones y provincias, de acuerdo a la información representativa disponible. Esperamos que sea un insumo útil para la toma de decisiones de todos los niveles de gobierno que contribuya a trabajar, de manera coordinada y articulada, en el cumplimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes indígenas del país.
UNICEF agradece el apoyo que la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (ACDI) viene brindando a esta iniciativa que contribuirá a mejorar la situación de la niñez en el Perú.
Paul Martin
Representante
UNICEF Perú